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Santo Domingo.- El humorista dominicano Felipe Polanco, mejor conocido como “Boruga”, realizó unas confesiones muy conmovedoras y reveló que en sus inicios de carrera hubo episodios oscuros tras intentar suicidarse varias veces.

 

“Un día me senté en mi casa y me dije así mismo: yo lo tengo todo, yo lo he hecho todo, ya yo lo he vivido todo y agarré una pistola y me la puse en la cabeza”, narró el comediante de larga data.

 

Boruga, dijo que la obra de Dios no permitió que se suicidara, porque se puso una pistola en la sien, la martilló y esta no se disparó: yo la oí, sonaba “taqui, taqui”, pero no tiró la bala”, cuenta.

 

Asimismo, indicó que ese momento no le sirvió para meditar y entregarse a los pies de Dios, sino que, tan pronto soltó la pistola, se fue nueva vez a la calle, a vivir su vida de tragos y placeres, sin que estas cosas lograrán darle sosiego a su alma.

 

“Yo tenía un carro, un BMW, y yo pisaba ese acelerador con el taco del zapato y oía una voz que me decía: aceleraaaaa… para que te mates en lo que te gusta. Esa voz la escuchaba frecuentemente; para mí, poner ese carro a 200 millas por hora no era nada, y nunca me pasó nada”.

 

Dijo que la decisión de querer viajar a la eternidad se debió a un vacío que no podía llenar el alcohol ni las tantas mujeres con las que solía salir a pasar una noche de placeres y licores.

 

“Yo me iba de viaje 10 y 15 días a hacer presentaciones para afuera, y era capaz de llegar, tirar la maleta en la galería y seguir para la calle bebiendo, muchas veces sin ver a mi hijo que estaba pequeño ni a mi esposa de ese entonces.

 

Boruga manifestó que debido a las cosas que veía en la iglesia y no podía entender ni encontró a alguien que se las explique en su pubertad, desde ese entonces se declaró ateo.

 

Confesó se convirtió en alcohólico cuando se divorció de su primera esposa, algo que se combinó con un carro que adquirió en esa misma fecha, dándole así la facilidad para desplazarse a los bares y lugares de la vida alegre.

 

Sin embargo, aclaró que, pese a que tuvo una vida libertina, nunca usó drogas “la vi, tuve en lugares donde muchas personas la consumían, pero nunca me llamó la atención probarla”, dijo.

 

El destacado humorista manifestó que su vida comenzó a cambiar luego de asistir a un retiro espiritual de pareja en el cual tuvo su primera experiencia con la divinidad al ser curado de la adición excesiva de tomar alcohol.

 

En ese retiro de parejas, narró que mientras el pastor predicaba escuchó una voz en su interior que le dijo que él no volvía a beber jamás, cosa que puso a prueba tan pronto salió del retiro.

 

“Vi una pareja de esposos que estaba en el restaurante tomarse unos tragos y eso no me estimuló. Desde ahí, más nunca volví beber alcohol”.

 

Después de esa experiencia, comenzó a ir frecuentemente a la iglesia evangélica con su esposa hasta que ambos se entregaron a Dios, sintiendo así que la vida comenzaba a tener sentido y llenando el vacío que no le daban las mujeres ni el alcohol: “mi consejo es que busquen de Dios, es el único salvador y el único que garantiza la vida eterna”, finalizó.

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