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Santo Domingo. – El destituido administrador de la Lotería Nacional en el tribunal del Cuarto Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, expresa: «Hagan su trabajo y recuerden que Dios existe, es lo único que quiero decir, Dios existe. Que me muera al salir si yo tengo algo que ver con esto”, afirmó este viernes donde se le conoce la revisión obligatoria a la medida de coerción junto a otros nueve implicados en un alegado fraude millonario a esa entidad de juegos.

 

Dicent fue detenido el pasado sábado 12 de junio durante los allanamientos realizados por el Ministerio Público bajo el nombre de la Operación 13, tras la denuncia de un supuesto fraude en la extracción de la tómbola del bolo correspondiente al primer premio en el sorteo de la Lotería Nacional del 1 de mayo.

 

Al concluir las presentaciones de las defensas de los procesados con las que buscan algunos, que se le varíen las medidas preventivas, Dicent se paró del banquillo y manifestó con voz fuerte: «Pasarán los años que tengan que pasar y si aquí en este país hay justicia, un día y espero que no se muy tarde… tendrán que decir, libertad pura y simple».

 

El exfuncionario explicó que cuando dirigía la Lotería le comunicó al presidente Luis Abinader que tenía en «las manos una situación delicada» en la entidad y que el mandatario le instruyó a que acudiera a la justicia para que haga su trabajo.

 

«Ellos saben muy bien porque Camacho estaba ahí y Yeni Berenice estaba ahí también y doña Míriam. Lo único que yo hice fue, como pecado, que yo cambié la querella por denuncia», ponderó.

 

Dijo que tomó la decisión de cambiar la denuncia por querella debido a que las  autoridades del Ministerio de Hacienda se lo pidieron para que se investigue a otras personas vinculadas al supuesto fraude.

 

Sostuvo que desde un principio se puso a la disposición de la justicia, enviándole al Ministerio Público las ubicaciones de su casa y su negocio.

 

Durante su casi 3 minutos de su exponencia, Dicent expresó que a pesar de toda su disposición de colaborar con la justicia, el Ministerio Público insiste en que él presenta peligro de fuga. “Ahora se alega que soy una amenaza y que puedo escapar. ¡A dónde voy a ir!

 

Aseguró que nunca ha hablado con los demás imputados y que su único pecado fue denunciar a uno de los implicados  y ser amigo de esa persona, “ese es mi único pecado”.

 

“Mis hijos y Dios como testigo, que no tengo que ver nada con esto, pero que sigan y la sociedad tenga que pagar la consecuencias y  sembrar odio e injusticia”, manifestó.

 

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