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Por: Karen Serrata

Las trabajadoras sexuales salen a las calles exponiéndose al contagio del coronavirus ofreciendo sus servicios en plena vía pública a en Santo Domingo. Pese al temor del contagio, los clientes se acercan en busca de servicios sexuales, que obligatoriamente requiere de contacto físico, lo que constituye otro foco de contagio, a la vista de todos, pero nos hacemos los locos.

Estas mujeres son víctimas de la desigualdad social y políticas públicas que generen oportunidades de tener una vida digna. Muchas para poder sostener sus hijos han tenido que acudir a esta vida, que no es lo que muchos suponen, ellas se exponen a todo al contagio de enfermedades y a los más bajos instintos de los clientes. Los tabúes y doble moral no nos dejan ver más allá y nadie quiere hablar de una realidad latente en nuestra sociedad, ellas también son ciudadanas con deberes y derechos, y merecen atención por parte del gobierno. En momentos de tantas calamidades donde se toman en cuenta a los artistas y otros gremios para recibir una mano amiga del gobierno con diferentes tipos de ayudas, porque que a ellas no? Simple queremos vivir de una falsa moral, muchos no se atreven a hablar del tema por miedo hacer encasillado.

Ellas no tienen más opciones que buscársela en las calles, pues no reciben ninguno de los beneficios del Gobierno ante la pandemia.

Y no es solo hablar de ayuda por este caso especial del COVID-19, sino la creación de programas especiales para que ellas puedan aprender un oficio y puedan estudiar, para tener mejor calidad de vida para ella y los suyos. Hay que dar crédito al presidente Luis Abinader, que ha mostrado real interés por hacer la diferencia en la lucha en contra de la violencia de Género y la protección de las niñas, niños y adolescentes con la recién promulgación de la ley 1-21, por lo que hacemos un llamado al presidente de la República, a Prosoli que ha venido haciendo un excelente trabajo y el Ministerio de la Mujer, este último un tanto invisible, a que pongan sus ojos en estas mujeres vulnerables, expuestas a todo tipo de vejámenes, a la falta de oportunidades e injusticia social.

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