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Santo Domingo. –  El cáncer es una enfermedad en la que las células del cuerpo comienzan a multiplicarse sin control. Primero, sucede en una parte del cuerpo localizada, aunque puede propagarse posteriormente a otras zonas. Si el cáncer se origina en el cuello uterino, se denomina cáncer de cérvix o cuello uterino.

 

El cuello uterino es la parte más baja y estrecha que sirve de entrada al útero. Este se conecta la parte superior del útero con la vagina, vía del parto. No hay que olvidar que el útero (o la matriz) es donde crece el bebé cuando una mujer está embarazada.

 

El cáncer de cérvix, en cifras

 

Es el segundo cáncer más frecuente en mujeres en el mundo, después del de mama: con una incidencia de 604.127 casos nuevos en el año 2020) y el cuarto de todos los cánceres.

 

Existe una gran diferencia en incidencia y mortalidad entre los países más y menos desarrollados. En el caso de los primeros,  su frecuencia ha disminuido drásticamente en las últimas décadas.

 

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el año pasado, en España se diagnosticaron 1957 casos nuevos de cáncer de cérvix, lo que representa aproximadamente el 3 % de los tumores femeninos, situándole en decimocuarta posición en incidencia, por detrás de los tumores de mama o colorrectales.

 

Factores de riesgo

 

De acuerdo con la AECC, los cánceres de cérvix o cuello del útero se clasifican de acuerdo al tipo de células donde empezaron. En su mayoría, estas son carcinomas de células escamosas. Las células escamosas son delgadas, planas, y forman la superficie del cuello uterino.

 

La edad media: 48 años, aunque aproximadamente el 47% de las mujeres con carcinoma invasivo de cérvix se diagnostica antes de los 35 años. Tan solo el 10% de los diagnósticos se hacen en mujeres mayores de 65 años.

 

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estado Unidos, casi todos los cánceres de cuello uterino son causados por el virus del papiloma humano (VPH), un virus de transmisión sexual.

 

Sin embargo, existen otros factores pueden aumentar el riesgo de cáncer de cuello uterino: tener el virus VIH, que debilita el sistema inmunitario; fumar, tomar pastillas anticonceptivas durante un largo periodo de tiempo, y haber dado a luz a tres bebés o más.

 

Síntomas del cáncer de cérvix o cuello uterino

 

En general, los síntomas no son evidentes en las fases más tempranas. En este caso, solo se detecta si la mujer acude regularmente a su ginecólogo. Cuando el cáncer está en una fase más avanzada, los síntomas que con mayor frecuencia aparecen son el sangrado vaginal anormal, la secreción vaginal anormal y el dolor pélvico.

 

Según la AECC, el dolor pélvico puede aparecer durante las relaciones sexuales y, si la enfermedad sigue progresando, pueden darse otros síntomas como el sangrado de heces (rectorragia), dificultad o dolor para orinar, pérdida de peso, cansancio y pérdida de apetito.

 

Posibles tratamientos

 

El tratamiento del cáncer de cérvix dependerá de la etapa en que se diagnostique. Es posible que requiera más de un tipo de tratamiento, explica la AECC. En las fases más tempranas del tumor, se emplearán carios tratamientos como la cirugía o radiación combinada con quimioterapia.

 

En cambio, en las etapas más avanzadas, los especialistas suelen emplear radioterapia combinada con quimioterapia como tratamiento principal. Fuente externa

 

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